Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
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La educación forma parte de tanto las necesidades y privilegios que tanto los niños como adultos poseen. Es decir, que no todos obtienen las mismas oportunidades de tener una educación de calidad. Desde la accesibilidad, se tiene que tener en cuenta, que primero se tiene a las comunidades rurales, que se encuentran constantemente en condiciones de pobreza.
El descuido por parte de las autoridades y el poco interés de los recursos económicos a este sector. Hace que la educación en estas comunidades no sea suficiente para satisfacer las necesidades educativas de un estudiante, por una parte, de acuerdo con el INEE:
[...] debido a la lejanía y a las dificultades de acceso, no están sometidas a gran vigilancia de lo que hacen, o bien, tienen supervisores que comprenden su trabajo y dan libertad a los maestros para poner en práctica una educación que responda a las necesidades de sus alumnos (2018, párr. 8).
La lejanía juega un papel importante en el acceso a recursos y alcance a programas de ayuda social. No tomándolos en cuenta, para mejorar su infraestructura y las oportunidades de tener una educación de calidad.
En cuestiones de políticas públicas, es ineficiente, es decir, “la baja asignación de profesores y de muy poco o [...] nulo apoyo material” (INEE, 2018, párr. 6), esto quiere decir que existen escuelas que carecen de lo más indispensable para trabajar en condiciones apropiadas con los estudiantes.
Se tiene que dar a conocer esta problemática que esta tan ignorada en el país, es por eso que se realizará un blog digital, documentando las distintas dificultadas que las zonas rurales presentan. Se entrevistará a tanto estudiantes como maestros de escuelas rurales en Tlaxcala, así, exhortando su punto de vista hacia esta situación, y para así informar sobre qué medidas tanto político como de ayuda social se pueden a hacer de rango estatal.
Y así mismo, presentarlo de manera tal, que despierte el interés de aquellos que tienen los recursos para hacer un cambio, y con esto mejorar socialmente, haciendo un país más equitativo y armónico para todos.
Dentro de las estructuras sociales de la humanidad, la educación es, sin duda, un componente esencial para el desarrollo y progreso adecuado de las sociedades. La influencia que la educación ejerce sobre los integrantes de dichas sociedades determina, de igual forma, el índice de escolarización de cada una, siendo este un indicador claro de las dificultades y logros que el sistema educativo de cada sociedad enfrenta.
Antes de avanzar, es crucial comprender lo que se entiende por rezago educativo, un término que se refiere a un grupo de individuos que carece de instrucción formal o no ha logrado concluir la enseñanza básica y, por lo tanto, puede ser vulnerable, debido a que no cuenta con las mismas oportunidades de insertarse en la dinámica del desarrollo social, ni en el mercado laboral (UNAM, 2021, párr 3). Esta definición establece una base fundamental para identificar y abordar las problemáticas inherentes al sistema educativo y sus implicaciones en el tejido social.
La infraestructura educativa ha sido siempre un problema de vital importancia en cuanto a mantener un sistema educativo pertinente y con la capacidad de preparar de forma competitiva al alumnado. Dicho esto, no es sorpresa que exista una correlación entre el nivel de infraestructura educativa y la calidad de la educación, el desarrollo de los estudiantes y su aprendizaje. Por ello, el rezago educativo es, muchas veces, atribuido a la falta de infraestructura educativa adecuada.
Sin embargo, la interacción entre una infraestructura educativa sólida y el rendimiento académico de los estudiantes es un tema complejo y multifacético. Investigaciones destacadas, como las realizadas por Cuesta, Glewwe y Krause en 2016, no solo han demostrado una correlación positiva entre estos dos factores, sino que también han desglosado los efectos específicos que diferentes tipos de mejoras en la infraestructura pueden tener sobre el aprendizaje y la matrícula.
Por ejemplo, la construcción de bibliotecas no solo proporciona a los estudiantes acceso a un vasto mundo de conocimientos y recursos para el aprendizaje, sino que también crea un espacio tranquilo y dedicado al estudio, crucial para el desarrollo de habilidades de investigación y lectura crítica. La creación de nuevas escuelas, por otro lado, aborda directamente el problema de la accesibilidad educativa, permitiendo que más estudiantes asistan a clases en entornos diseñados para favorecer su desarrollo académico y social.
Este estudio revela cómo intervenciones específicas en la infraestructura pueden transformar la trayectoria educativa de los estudiantes más marginados, incrementando significativamente tanto sus habilidades cognitivas como sus tasas de retención escolar.
Al proporcionar recursos adicionales a estas escuelas, se observó un aumento notable en los puntajes de las pruebas de los estudiantes, lo que indica que la brecha de rendimiento existente entre los estudiantes rurales e indígenas y sus pares de entornos más favorecidos podría cerrarse significativamente con la inversión adecuada.
Además, la contribución de Jorge López en 2019 amplía este marco al iluminar cómo las características específicas de la infraestructura educativa, como aulas bien equipadas y recursos tecnológicos modernos, pueden mejorar significativamente la experiencia de aprendizaje.
Un aula moderna, equipada con pizarras interactivas y acceso a internet de alta velocidad, por ejemplo, permite a los docentes presentar lecciones de manera más dinámica y atractiva, fomentando la participación de los estudiantes y facilitando un aprendizaje más interactivo y colaborativo. Además, espacios como laboratorios de ciencias, estudios de arte y canchas deportivas enriquecen el currículo escolar al proporcionar entornos especializados donde los estudiantes pueden explorar y desarrollar sus intereses y talentos.
Sin embargo, el análisis de la situación actual de las infraestructuras en las escuelas básicas, proporcionado por CEMEES en 2018, presenta un panorama desalentador. La carencia de servicios básicos y la falta de instalaciones adecuadas son problemas que van más allá de la incomodidad superficial; representan barreras reales al acceso y la calidad de la educación. Por ejemplo, la ausencia de agua potable y de instalaciones sanitarias adecuadas no solo plantea riesgos para la salud, sino que también afecta la dignidad y el bienestar de los estudiantes, disuadiéndolos de asistir a la escuela.
La falta de conexión a internet y de aulas de medios limita severamente el acceso de los estudiantes a la información y a métodos educativos innovadores, lo que amplía la brecha digital y educativa entre ellos y sus pares en entornos más favorecidos.
Para abordar en profundidad las causas del rezago educativo y sus consecuencias a largo plazo, es imperativo entender las múltiples facetas que contribuyen a este fenómeno. La cita de AliatUniversidades subraya la correlación directa entre el nivel educativo de una población y su capacidad para innovar, prosperar económicamente y superar dificultades estructurales. El rezago educativo, alimentado por factores como el trabajo infantil, las condiciones precarias de vida y la pobreza, impide el progreso sostenido de una región, manteniéndola en un ciclo de estancamiento económico y social.
Por otro lado, el trabajo de Miranda F. profundiza en cómo la infraestructura física de las instituciones educativas influye significativamente en el rendimiento académico. Al distinguir entre aspectos curriculares y no curriculares, Miranda F. aborda las desigualdades educativas desde una perspectiva holística, analizando las brechas existentes en la calidad de la educación. Este enfoque permite una comprensión más amplia de las variables que afectan el aprendizaje y el desarrollo estudiantil.
La investigación de Miranda F. resalta la importancia de las políticas estatales destinadas a mejorar la infraestructura educativa, con especial atención en las escuelas multigrado-vulnerables. Al evaluar la eficacia de estas políticas, el estudio proporciona evidencia crucial sobre su impacto en la reducción del rezago educativo. Los hallazgos sugieren que, aunque existen esfuerzos por parte del estado, la implementación y resultados varían, lo que subraya la necesidad de estrategias más efectivas y adaptadas a las necesidades específicas de cada contexto educativo.
El análisis del estado actual de la Infraestructura Física Educativa (IFE) y su impacto en la educación preescolar, mediante métodos cuantitativos, cualitativos y multidisciplinarios, arroja luz sobre cómo la condición y ubicación de las instalaciones educativas afectan directamente el rendimiento estudiantil. Este enfoque multidimensional revela la complejidad de los desafíos educativos y la importancia crítica de asegurar entornos de aprendizaje adecuados.
La supervisión adecuada por parte de las autoridades y los usuarios es fundamental para garantizar el derecho a la educación. La calidad de la infraestructura educativa no solo afecta el rendimiento académico, sino que también influye en la seguridad, el bienestar y la motivación de los estudiantes. Por lo tanto, la inversión en infraestructura educativa de calidad es una prioridad estratégica que tiene el potencial de transformar positivamente los resultados educativos y, por ende, el futuro socioeconómico de una región.
Además, es crucial reconocer que el rezago educativo es un problema multifacético que requiere soluciones integradas y sostenibles. Esto implica no solo mejorar la infraestructura física, sino también abordar las causas subyacentes de la pobreza, el trabajo infantil y las condiciones precarias que limitan el acceso y la calidad de la educación. La colaboración entre gobiernos, instituciones educativas, comunidades y organizaciones no gubernamentales es esencial para diseñar e implementar programas que aborden estas cuestiones de manera holística.
En conclusión, el rezago educativo es un desafío complejo con profundas implicaciones a largo plazo para el desarrollo económico y social. La investigación de AliatUniversidades y Miranda F. aporta perspectivas valiosas sobre la relación entre la infraestructura educativa y el rendimiento académico, destacando la necesidad de políticas y prácticas educativas efectivas. Para superar este rezago, es imperativo adoptar un enfoque multidimensional que considere tanto los aspectos estructurales como socioeconómicos que afectan la educación. Con esfuerzos concertados y estrategias bien dirigidas, es posible avanzar hacia la erradicación del rezago educativo y fomentar un entorno de aprendizaje inclusivo y equitativo para todos.
La investigación sobre los efectos del rezago educativo como consecuencia de la deficiente infraestructura en la educación básica en Tlaxcala, enfocándose en la comunidad de Zitlaltepec, es de suma importancia debido a su profundo impacto social, económico, político y cultural. Este estudio no solo aborda un problema local, sino que también resalta una problemática educativa que puede ser inferida a otras regiones con contextos similares.
Desde la perspectiva social, el rezago educativo limita las oportunidades de desarrollo personal de los individuos, afectando su calidad de vida y capacidad para contribuir efectivamente a la sociedad. La educación es un derecho fundamental que promueve la equidad y la inclusión social; por tanto, cualquier barrera que impida su acceso equitativo, como lo es la deficiencia infraestructural, debe ser cuidadosamente analizada y atendida.
Económicamente, la educación de calidad es un motor esencial para el desarrollo. Las deficiencias en la infraestructura educativa que conducen al rezago educativo pueden tener un impacto a largo plazo en la economía local y nacional, ya que restringen la formación de capital humano capaz de innovar, emprender y responder a las demandas del mercado laboral. Al invertir en la mejora de la infraestructura educativa, se está invirtiendo en el futuro económico de la comunidad y del país.
Este estudio también identifica un vacío significativo en la comprensión de cómo las deficiencias en la infraestructura educativa específicamente impactan en el rezago educativo en contextos como el de Zitlaltepec. Es por eso que, la contribución de este estudio a la resolución de la problemática planteada se centra en proporcionar una base empírica sólida que permita la toma de decisiones informadas para priorizar inversiones y reformas en el sector educativo. Esto es esencial para garantizar que todos los niños y jóvenes, especialmente aquellos en comunidades vulnerables, tengan acceso a una educación de calidad que les permita alcanzar su máximo potencial, beneficiando así a la sociedad en su conjunto.
En el tejido económico de una sociedad, la educación de calidad se alza como un motor esencial, cuyos engranajes impulsan el desarrollo en todos los niveles. Cualquier deficiencia en la infraestructura educativa, que pueda conllevar al rezago en la formación académica, no solo afecta el presente, sino que proyecta sombras sobre el futuro económico, tanto a nivel local como nacional.
Es crucial comprender lo que se entiende por rezago educativo, un término que se refiere a un grupo de individuos que carece de instrucción formal o no ha logrado concluir la enseñanza básica y, por lo tanto, puede ser vulnerable, debido a que no cuenta con las mismas oportunidades de insertarse en la dinámica del desarrollo social, ni en el mercado laboral (UNAM, 2021, párr. 3). Esta definición establece una base fundamental para identificar y abordar las problemáticas inherentes al sistema educativo y sus implicaciones en el tejido social y económico.
Del mismo modo, una infraestructura educativa deficiente restringe la formación de un capital humano robusto, capaz de innovar, emprender y satisfacer las demandas del mercado laboral en constante cambio. La inversión en mejorar esta infraestructura es, en esencia, una inversión en el futuro económico de la comunidad y del país en su conjunto.
Asimismo, la calidad de la educación moldea la fuerza laboral de un país, dotándola de las habilidades y competencias necesarias para prosperar en un entorno laboral cada vez más competitivo y tecnológicamente avanzado. Desde una perspectiva más amplia, abordar las deficiencias en la infraestructura educativa puede ser una herramienta efectiva para mitigar desafíos socioeconómicos más amplios, como la desigualdad y la falta de movilidad social. Esta afirmación está respaldada por un extenso corpus de investigaciones y estudios académicos que han delineado la estrecha correlación entre la calidad de la educación y el enfoque socioeconomico.
Comenzando con Frausto (2017), la Constitución se encarga de atender a la población con rezago educativo. El Artículo 3º de dicha constitución garantiza el derecho de todas las personas a recibir educación, estableciendo que el Estado, a nivel federal, estatal, de la Ciudad de México y municipal, debe proporcionar educación en los niveles preescolar, primaria, secundaria y media superior. Se destaca que la educación preescolar, primaria y secundaria forman parte de la educación básica, la cual es obligatoria, junto con la educación media superior.
Conforme a Frausto, el Modelo Educativo para la Vida y el Trabajo (MEVyT) es un enfoque educativo del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), diseñado como alternativa para la alfabetización, educación primaria y secundaria para personas con rezago educativo. Este modelo presenta las siguientes características:
• Se centra en el aprendizaje y en la persona que aprende.
• Se estructura de manera modular.
• Se adapta a los tiempos, ritmos y disponibilidad de espacios de los estudiantes.
• Utiliza contenidos, metodologías y actividades apropiadas para jóvenes y adultos.
• Incorpora los saberes y experiencias personales y colectivas para construir nuevos aprendizajes y fomentar el desarrollo de habilidades, actitudes y valores.
• Facilita la conexión entre los diferentes niveles de educación básica. (2017)
En adicional, Según Campana, Velasco y Aguirre (2014), los alcances del estudio sobre como impacta la infraestructura escolar en los aprendizajes no fueron los suficientes para determinar si la infraestructura y el equipamiento de las escuelas impacta en el rendimiento escolar, sin embargo, con apoyo de la literatura revisada Young (2003), se dice que la infraestructura tiene un rol emocional en los estudiantes, esto quiere decir que esta genera un ambiente más agradable, de bienestar y motivación, donde se ve una mejor actitud, mayor productividad y compromiso por parte de los estudiantes hacia el aprendizaje y, por parte de los docentes en el ámbito de la enseñanza.
Además, la infraestructura cumple un papel práctico al facilitar directamente el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ejemplo, se menciona que “una mejor iluminación permite que los estudiantes presten más atención a las lecciones en la pizarra” (Campana, Velasco y Aguirre, 2014, p. 4); de igual manera, tener una biblioteca en buenas condiciones, con servicios completos y laboratorios de computación más avanzados, permite que los estudiantes estudien en condiciones más favorables en comparación con entornos deteriorados. Esto también beneficia a los profesores al tener salas exclusivas para preparar clases y atender a los alumnos fuera del aula, lo que puede mejorar el desempeño de los estudiantes en última instancia.
Después del análisis anterior, es fundamental reconocer que la influencia de la educación extiende su alcance más allá del aula, marcando profundamente la socialización y las oportunidades económicas de los individuos. Esto se refleja en los niveles de escolarización, que indican las capacidades y limitaciones del sistema educativo vigente en cada sociedad.
Esta falta de formación coloca a muchas personas en vulnerabilidad significativa, reduciendo sus posibilidades de contribuir al desarrollo socioeconómico y de participar plenamente en el mercado laboral. Este análisis
Uno de los desafíos más apremiantes en este ámbito es la deficiente infraestructura educativa, que se erige como un impedimento crucial para el mantenimiento de un sistema educativo que prepare al estudiantado de manera eficaz y competitiva. La carencia de recursos adecuados en instituciones educativas, particularmente en regiones menos desarrolladas, impide una educación de calidad, afectando negativamente el desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes.
Explorando este tema desde una perspectiva más teórica, investigaciones como las de Blanco (2009) sugieren que la desigualdad en los resultados educativos puede analizarse desde la perspectiva de la eficacia escolar, en la cual la infraestructura juega un papel decisivo. Este enfoque teórico es instrumental para entender cómo deficiencias específicas en la infraestructura educativa pueden llevar a una disminución en la calidad del proceso educativo y, como consecuencia, afectar adversamente los resultados académicos y exacerbar el rezago educativo.
Adicionalmente, organismos internacionales como la OCDE (2016) han realizado análisis comparativos que ilustran cómo las disparidades en la infraestructura educativa entre diferentes regiones pueden influir en el rendimiento académico y las oportunidades educativas. Estos estudios proporcionan una visión integral sobre las dimensiones económicas y sociales del problema, subrayando la urgencia de implementar políticas educativas que prioricen mejoras sustanciales en la infraestructura para elevar los niveles de escolarización y mitigar el rezago educativo.
Por ello, la expansión y modernización de infraestructuras educativas fundamentales, tales como bibliotecas y escuelas, es clave para proporcionar a los estudiantes un acceso equitativo a oportunidades de aprendizaje de calidad. Las bibliotecas, al ofrecer un acceso sin precedentes a una diversidad de recursos informativos, desempeñan un papel vital en el cultivo de habilidades críticas de pensamiento y análisis. Por su parte, la construcción de nuevas instalaciones educativas se traduce directamente en una mayor accesibilidad para los estudiantes en áreas previamente marginadas, promoviendo la inclusión y la equidad educativa en todo el espectro social.
Las intervenciones dirigidas a mejorar la infraestructura educativa tienen un impacto significativo en la retención y el rendimiento escolar. Equipar las escuelas con tecnología de punta y recursos didácticos avanzados ha mostrado incrementar la eficacia del aprendizaje, elevando los estándares académicos y ayudando a cerrar la brecha entre estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos.
Las intervenciones dirigidas a mejorar la infraestructura educativa tienen un impacto significativo en la retención y el rendimiento escolar. Equipar las escuelas con tecnología de punta y recursos didácticos avanzados ha mostrado incrementar la eficacia del aprendizaje, elevando los estándares académicos y ayudando a cerrar la brecha entre estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos.
La Auditoría Superior de la Federación (2017) enfatiza en su revisión del gasto federalizado la necesidad de una asignación eficiente de los recursos para la educación. El informe sugiere que una gestión transparente y una fiscalización rigurosa de los fondos educativos son esenciales para garantizar que las inversiones en infraestructura escolar se realicen de manera efectiva y contribuyan a la mejora continua de los estándares educativos.
La mejora de la infraestructura escolar no sólo eleva los indicadores de desempeño académico, sino que también fortalece el tejido social y económico de las comunidades beneficiadas. La educación, enriquecida por entornos de aprendizaje óptimos, se convierte en un motor de desarrollo personal y colectivo, permitiendo a los estudiantes no sólo adquirir conocimientos, sino también desarrollar habilidades vitales para su futura inserción en el mercado laboral globalizado.
La inversión en infraestructura educativa, por lo tanto, debe considerarse como una estrategia a largo plazo para el desarrollo sostenible, implicando un compromiso continuo hacia la mejora del entorno educativo en respuesta a las necesidades cambiantes de la sociedad moderna.
En la comunidad de Zitlaltepec, Tlaxcala, se ha observado un marcado rezago educativo entre los estudiantes de educación básica. Este fenómeno puede atribuirse a diversos factores, siendo uno de los más significativos la deficiencia en la infraestructura educativa. La falta de recursos adecuados, instalaciones en mal estado y la carencia de tecnologías de la información son solo algunas de las limitaciones que enfrentan las instituciones educativas en esta región. Este estudio busca explorar cómo estas deficiencias infraestructurales contribuyen al rezago educativo y qué impacto tienen en el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes.
Este estudio es fundamental para comprender la relación entre la infraestructura educativa y el rezago educativo en comunidades vulnerables. Los hallazgos podrán ser utilizados por tomadores de decisiones para priorizar inversiones y reformas en el sector educativo, con el fin de garantizar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad que les permita alcanzar su máximo potencial.
|¿Cuál es el estado actual de la infraestructura educativa en la comunidad de Zitlaltepec, Tlaxcala, y cómo se compara con los estándares nacionales o regionales?
|¿Cómo afecta la infraestructura educativa deficiente al rendimiento académico de los estudiantes en la educación básica en Zitlaltepec?
Analizar los efectos del rezago educativo como consecuencia de la deficiente infraestructura en la educación básica en la comunidad de Zitlaltepec, Tlaxcala.
|La infraestructura educativa en la comunidad de Zitlaltepec está en un estado lamentable, a causa de que no se cuenta con servicios básicos y con mobiliario suficiente para atender las necesidades de los estudiantes, situando a la comunidad en una condición de desventaja en comparación con las demás regiones del estado y el país.
|La carencia de infraestructura, mobiliario y servicios básicos, provocan un bajo desempeño, tanto en los estudiantes como en los docentes, generando que los primeros no adquieran los conocimientos fundamentales para continuar con su aprendizaje, generando conjuntamente rezago educativo.
Para investigar el rezago educativo en Tlaxcala, como es el caso de Zitlaltepec, debido a la infraestructura deficiente en la educación básica, se propone la siguiente estrategia:
Para empezar, los instrumentos y herramientas que se consideran pertinentes realizar son encuestas a docentes y directores. Se diseñarán encuestas para recopilar datos sobre la infraestructura escolar actual, incluyendo el estado de los edificios, la disponibilidad de recursos como libros de texto y materiales didácticos, y la accesibilidad a tecnologías educativas. De igual forma, se realizarán entrevistas con padres y estudiantes para comprender cómo la infraestructura escolar afecta la experiencia educativa de los estudiantes, incluyendo barreras físicas, impacto en la motivación y participación estudiantil.
Por otra parte, se analizará datos estadísticos disponibles de las escuelas de la comunidad de Zitlaltepec sobre el rendimiento académico de las escuelas en áreas con diferentes niveles de infraestructura escolar, para analizar correlaciones entre la calidad de la infraestructura y el rendimiento estudiantil. Asimismo, un análisis de coste-beneficio para evaluar el impacto económico de mejorar la infraestructura escolar en comparación con los costos asociados con el rezago educativo, incluyendo el potencial impacto en la productividad económica a largo plazo.
Como último punto, realizar visitas a las escuelas para observar directamente las condiciones de la infraestructura escolar y cómo eso se refleja en el ambiente de aprendizaje y la dinámica en el aula. Esta estrategia integrada de investigación proporcionaría una comprensión integral de cómo la infraestructura escolar afecta el rezago educativo, así como recomendaciones específicas para abordar este problema desde múltiples ángulos.
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